Tiempos de resistencia y cambio: entre la utopia y la realidad

Utopía es un “no lugar” que se anhela, busca o construye; requiere de voluntad, implica energía y exploración. La realidad y la crisis, por su parte, son procesos o resultados desencadenados por situaciones insostenibles de intensa dificultad, conflictos, cambios abruptos. Se dice que la falta de utopía provoca crisis, y que se requieren utopías en tiempos de crisis, pero las utopías también viven sus propias crisis, Pues ya nadie quiere creer ni luchar por ellas.

En el país estamos viviendo una realidad que a veces nos abruma y nos desborda en virtud de que somos testigos, víctimas y rehenes de los más diversos poderes que se disputan nuestro presente y futuro como moneda de cambio, y todo, frente a la vista de todos y todas. Los actores que gobiernan siguen en su circo, ocupados en proteger sus pequeñas hegemonías, sin poder esperarse mucho de ellos, dejando a las comunidades vulnerables y a la suerte de cada una.

Mientras tanto, muchas comunidades con poblaciones ajenas a estos intereses, día con día se juegan la vida luchando por cosas fundamentales como la defensa de los derechos humanos, por el acceso al agua, por la subsistencia, la defensa de las mujeres, la niñez y las juventudes vulnerables. Muchas organizaciones civiles, luchan por construir y sostener movimientos sociales que transformen las realidades del país, para hacerlo más inclusivo, más humano, solidario y digno de vivir.

¿Son las juventudes los nuevos sujetos sociales del cambio?  Queremos continuar una serie de reflexiones con ustedes sobre la participación social y política de los actores sociales en los cuales se cifra la confianza del cambio: la ciudadanía joven, tanto en los ámbitos urbanos como en los rurales y las diversas formas de pensarse en comunidad y sus particularidades, en la esfera de la construcción de lo cultural, lo social y político.

Es bueno reflexionar sobre las transformaciones en las diferentes formas de participación política de las juventudes, que les colocan ante nuevos escenarios que requieren de nuevas explicaciones. La sorprendente utilización de las redes sociales, sobre todo por parte de las juventudes, ha trastocado las formas convencionales de hacer política y de participación ciudadana. Asi, aparecen nuevas formas de resistencia y lucha pacífica y ello nos debe obligar a pensar en el papel que éstas nuevas tecnologías tienen y pueden tener en la conformación de nuevas comunidades.

Consideramos que las juventudes deben de jugar un papel clave en la construcción de nuevos proyectos para la ciudad y el país. Por ello es importante compartir ideas y reflexiones, que puedan ser de cierta utilidad, para repensarse y dibujarse en el futuro.

Suchitoto es un pueblo que se ha caracterizado por sus luchas y  capacidad de reconstruirse después de la guerra, pero que necesita reagruparse, planificarse y construirse de cara hacia el futuro, para salir airoso frente a los grandes retos económicos, sociales y políticos.

Suchitoto tiene un gran capital social, representado en un enorme grupo de jóvenes que buscan el sueño idóneo para encausar su energía,  por amor a la tierra, a su patrimonio, a su cultura y sobre todo por su apego a la continuidad de una comunidad en resistencia, organizada y en pie de lucha.

Nos quedan muchas preguntas que no sabemos cómo responder en cuanto al futuro y destino que espera al municipio en los próximos años, pero confiamos en que entre todas y todos podamos seguir pensando sobre las posibilidades de construir una realidad diferente, un mundo en donde se respeten los derechos humanos y se preserve la naturaleza y esto sea parte de un nuevo proyecto de sociedad sustentable, armónica y duradera en esta hermosa ciudad, que debemos proteger.

Por ello  es importante fortalecer los espacios organizativos y pensar propositivamente cuáles son nuestros retos y cuáles nuestras oportunidades de acción en el municipio. Es necesario construir espacios de participación y resistencia ante este clima de violencia, miedo y desazón generalizada que nos ayude a enfrentar el futuro con esperanza.

Ante este panorama es necesario reconocer que no es una tarea fácil encontrar nuevas estrategias de lucha y resistencia para superar las adversas condiciones actuales en la sociedad. Por ello desde La Gaceta lo que pretendemos es mirar los desafios y retos desde otros ángulos que nos permitan imaginar algunas alternativas a esta condición de incertidumbre en la que las juventudes se encuentran.

Como una primera tarea sugerimos que pensemos, o mejor aún repensemos, nuestras acciones y niveles de participación en grupos, colectivos y comunidades en donde nos sentimos reconocidos y en los cuales podemos confiar. Es la confianza un pilar que sustenta los vínculos en medio de este clima de crisis y descrédito hacia todas las estructuras de las organizaciones políticas partidarias convencionales. Toda vez que hemos perdido la confianza en las instituciones y partidos políticos como representantes de nuestra voz es necesario reorganizar nuestras formas de expresión y construir nuevos canales y espacios para expresarnos. Debemos reforzar las voces civiles de resistencia organizativas y comunitarias.

En un segundo momento tenemos que pensar en lo que podemos proponer desde estos márgenes, desde los ámbitos de la resistencia y la periferia en donde tenemos una gran cantidad de limitantes, pero al mismo tiempo muchas oportunidades. Porque debemos entender que los tiempos de crisis son tiempos de oportunidades para crear nuevos caminos.

Suchitoto reúne mucha experiencia organizacional, de modo que sabemos que cualquier acto que se dirige a sumar, a reunir y a dialogar con nuestros cercanos es una forma de iniciar y construir algo. Como una propuesta más específica creemos que tenemos que aludir a las formas de creación social y colectivas, debemos refundar nuevos imaginarios sociales que pugnen por una sociedad diferente a partir de constituirnos como sujetos en libertad con miras a lograr una mayor autonomía.

Al mismo tiempo, hay que repensar las expresiones estéticas, artísticas y culturales como frutos en los que podemos depositar nuestras ideas, propuestas y sentidos desde lenguajes simbólicos, o metafóricos, pero apuntando nuestra inconformidad y resistencia. Debemos aprovechar la energía, fuerza y creatividad de las juventudes, para construir nuevas propuestas de desarrollo social y sostenible, comprometidos con el futuro.

El arte de la resistencia, como diria James Scott¨consiste en “expresar nuestros desacuerdos contra los poderosos de formas diversas y creativas”. Por tanto, se debe evitar la dispersión de esfuerzos y emprender acciones colectivas, entender que en la unión esta la fuerza del cambio. Pero hay que hacerlo de manera creativa, no se pueden esperar nuevos resultados desarrollando las mismas fórmulas del pasado. Debemos proponer nuevas formas de interacción y resistencia. Esto es una tarea colectiva porque no se puede seguir actuando en soledad o de manera dispersa ante retos o enemigos comunes que aparecen en todos los ámbitos de la vida social y cotidiana.

A pesar de la indiferencia y las diferencias hay que construir colectividad, es necesario unirse y trabajar juntos y juntas, algo que haga posible mostrar un rostro compartido, una voz que una todas las voces y un movimiento que no pueda ser desarticulado porque no tiene líderes ni figuras emblemáticas como banderas de lucha. Hay que construir espacios de participación y diálogo donde todas y todos seamos escuchados, y donde todos asumamos el compromiso de acuerdo a nuestras capacidades. Donde todos y todas seamos la vanguardia porque el terreno de la resistencia está en todos lados.

De lo contrario nos comerá la dispersión, los guetos y los protagonismos individualistas. Y será muy difícil repensar un mejor Suchitoto, o sobrellevar los niveles de riesgo a los que nos exponemos cuando luchamos de manera aislada y dispersa. Hay que decir que el camino es difícil y los frutos de estas formas de resistencia no son inmediatos, sino que apuestan a cambios que se verán a mediano o largo plazo. Pero lo cierto es que, de lo que hagamos ahora depende el futuro. Del pasado solo podemos recoger los aprendizajes, pero el futuro lo construimos con nuestros actos hoy.

md/

Portada Gerson Tobar

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