Kessia Zelaya es una artesana que trabaja con añil desde hace 13 años. Es originaria de Santiago Nonualco, La Paz. Empezó bajo la marca de Azul Nonualco y en la actualidad siguen siendo la propietaria de dicha marca junto a su esposo. En el mundo del negocio, se ha posicionado como una artesana reconocida por sus exóticas prendas teñidas con añil.

Zelaya habla sobre sus 13 años de experiencia con el añil en El Salvador y cómo le ha cambiado su vida durante ese periodo.

¿Cómo conoció el añil?

Empecé con una capacitación que dio una organización en los Nonualco, porque ya no pude seguir estudiando. Entonces fue como una oportunidad para emprender algo, y me enamoré del añil y es allí donde empecé a trabajarlo y poco a poco fuimos inventando cosas y es así como dimos un paso diferente, empezamos a hacer accesorios, que era aretes teñidos en añil, algo que no se veía y así fuimos diversificándose  hasta tener ahora prendas de vestir y una línea de accesorios.

¿Cuáles son las técnicas que utiliza en el añil?

Trabajamos las más básicas como lo son las shibori que son costuras y amarre; tai tai que son dobleces, amarres y las técnicas de batik que también se conoce como encebado y nuestra marca se identifica porque utilizamos casi siempre dos técnicas en una misma pieza. Hacemos la combinación de batik y tai tai para que se vea plasmado más diseño en la prenda.

¿Cuáles son las técnicas que utiliza Azul Nonualco?

Son técnicas que nos enseñan cuando emprendemos en este rubro, básicamente todas las trabajamos, solo le ponemos nuestro toque en nuestras figuras específicas como por ejemplo algunos se orientan más por la simbología maya, nosotros tenemos la línea para damas, entonces nos enfocamos más en flores, mariposas y también tenemos diseños de costuras, ya  que no a todas les gusta.

¿Qué hace usted para que su trabajo sea diferente de las otras personas?

La verdad tenemos la bendición de tener muchos clientes y ellos nos piden cosas diferentes, cosas nuevas, y esos nos obliga a estar innovando nuestros productos para ir mejorando y vamos viendo un poco la tendencia de otras líneas de modas y vamos tratando de aplicarlas a la técnica del añil para tener diseños diferentes.

¿Dónde está ubicada su tienda?

Estamos en la Plaza Central a un costado de la Iglesia Santa Lucía, en donde nos pueden encontrar de lunes a domingo.

¿Qué la motivó para instalar una tienda en Suchitoto?

La verdad fue una experiencia de  tener algunos asocios con otros artesanos y allí fue que nos sirvió para descubrir que tener una tienda en un punto estratégico ayuda mucho a crecer a una empresa, porque lo posiciona dentro del mundo del turismo. Nosotros identificamos algunos municipios que tienen más afluencia turística y tratamos de abrir el vínculo para instalar una tienda.  Suchitoto fue la primera tienda instalada fuera de Santiago Nonualco y ahora tenemos en San Miguel, Ataco y San Salvador.

¿Cree que el añil tiene demanda en Suchitoto?

Nuestra experiencia en Suchitoto ha sido muy satisfactoria, ya que yo diría que es un municipio que tiene mucha cultura referida al añil, porque no solo nos compran turistas, sino que también el habitante local y ya eso nos crea como una red más amplia para vender.

En el primer festival, usted no participó ¿Hubo algún razón?

Creo que todos tenemos ciertos recelos al inicio cuando vemos las competencias. Entonces me alegré mucho cuando el municipio y las organizaciones que acompañan este esfuerzo decidieron hacer el festival del añil porque independientemente participar o no, el tener una tienda acá ya me beneficiaba del festival como tal.

Hicimos el intento de participar y en ese momento la organización había pensado que debían participar solo la gente local. Entonces respetamos mucho eso y creo que fue una experiencia de lo cual retomaron lo bueno, porque ya para el segundo festival decidieron incluir artesanos de otros municipios.

Para usted, ¿Qué es el festival?

Lo veo como la posibilidad de mostrarle a El Salvador y al mundo cómo se trabaja el añil, cómo es la cultura que nos ha venido representando desde nuestros antepasados, desde que los indígenas lo procesaban. Lastimosamente en esa época hubo mucha explotación, es por ello que algunos como que solo ven esa historia mala del añil o no la conocen, pero en la actualidad se trata de mejorar todos los procesos para que sean eco amigables con el medio ambiente.

¿Cree que se está avanzando con esta edición o sigue lo mismo?

Creo que todas las entidades ponen de su parte para que este año sea mejor, sin duda que hay aspectos a mejorar, cada edición hay que ir mejorando, pero podría decir que se está poniendo todo el empeño para que este año tenga un toque bonito el festival.

¿Qué expectativa tiene para este festival?

Creo que todos los productores deseamos vender, porque eso mantiene viva nuestras iniciativas, nos permite generar empleos. Entonces una de las expectativas es que vengan más visitantes y que sigan consumiendo el producto. Además de dar a conocer la cultura del añil y el proceso que lleva para extraer el color de la planta.

Desde su experiencia con el añil ¿Qué se debe hacer para que el festival logre un reconocimiento nacional e internacional?

Se debe hacer como una política a nivel nacional para reactivar toda la producción artesanal no solo del añil sino de todas las ramas. Una experiencia muy bonita fue cuando el ministerio de Turismo comenzó a vincular el añil y a mostrarlo en sus exposiciones internacionales para que la gente lo conociera más y así consumirá más el producto.

Fotografías de Gerson Tobar