Lo llaman el “oro azul”, pero es añil, un colorante natural que se obtiene del Jiquilite, un cultivo y comercio que tuvo su auge en el municipio en siglos pasados y que hoy lucha por sobrevivir en medio de otros tantos tintes y químicos que compiten y se comercializan. Esta lucha por mantener la cultura del añil en Suchitoto, es liderada por un grupo de mujeres -en su mayoría- que persisten en su cultivo, cosecha y procesos ancestrales en la producción de forma orgánica y artesanal convirtiendo al oro azul en un producto con grandes potencialidades, para el desarrollo artesanal y turístico del municipio.

Hace alrededor de tres años surgió la idea de promover el añil de Suchitoto mediante un festival que posicionará la ciudad y los productos en el mercado, mostrando los diferentes esfuerzos que existen y se hacen por rescatar la cultura del añil y compartir con la población local y nacional, siendo el municipio parte integrante de la denominada Ruta Azul la cual ha sido promovida por el Ministerio de Turismo.

Desde este periódico celebramos la iniciativa y le hemos dado cobertura, abriendo espacios para dialogar y proponer formas creativas de promover e incentivar su desarrollo como uno de los productos agrícolas y artesanales con mayores posibilidades de crecimiento en el municipio. Creemos en el añil, como uno de los productos que pueden dar identidad al municipio, nos interesa de sobremanera promover el trabajo del sector artístico y artesanal, construir propuestas que fomenten el desarrollo turístico y económico del municipio. En la Gaceta Suchitoto nos sentimos orgullosxs de las mujeres del sector artesanal quienes en su mayoría están identificadas y comprometidas con la cultura del añil, conjugando las tradiciones centenarias del añil con la renovación y actualización de diseños, procesos y materiales a fin de ser competitivos en un mercado en constante evolución.

En este sentido luego de la experiencia de dos festivales, esperamos la tercera edición con una propuesta más creativa e innovadora o acaso ¿Será casi la misma de los dos primeros años? O ¿Incluso con menos alcance de la primera, que incluyo recorridos a sitios de cultivos y talleres de elaboración en el municipio?

Por eso preguntamos a los organizadores ¿Qué mejoras se plantearán para el 3° festival del añil en Suchitoto?.  Les animamos a aceptar el reto de superar las primeras ediciones y asumir riesgos, a crear y construir una marca de festival;  a repensar los objetivos del festival como tal y proponer actividades creativas que muestren una evolución y crecimiento de la visión del sector hacia la construcción de la cultura del añil en Suchitoto. Con todo respeto, debemos entender, que la promoción y desarrollo de los festivales no se limita a una fiesta donde se reúnen, muestran y venden productos, repitiendo una y otra vez una misma fórmula que pierde pronto interés. Los festivales exigen renovación, innovación, deben de reinventarse una y otra vez, ampliar su oferta, definir su visión y objetivo, buscar y construir propuestas que atraigan y refuercen el sentido identitario y académico de la cultura del añil, un evento que busque alternativas de mercado y promueva el conocimiento y reconocimiento de las creaciones originales, que premie y valore el esfuerzo de sus artesanas, abriéndose al mundo para posicionar al municipio como el gran impulsor de la cultura del añil en el país.

Conocemos de mujeres entintadas de azul, que han dedicado buena parte de sus vidas a promover la cultura del añil y se resisten a que muera esta tradición en Suchitoto. Mujeres que consideran el añil como un icono de identidad del pueblo, cuya ilusión es que aumente su conocimiento y se le dé su lugar y valor a la cultura del oro azul que por años ha sobrevivido en el municipio. Intentamos hablar con algunas de estas mujeres y conocer sus opiniones sobre la organización de la edición 2019 del festival y ninguna quiso brindarnos sus comentarios, la mayoría con discreción se reservó opinar.

Frente al silencio de algunas retomamos la voz y comentario de Liliana Flamenco, quien refiriéndose al festival 2018 comentó: «Siempre he pensado que Suchitoto tiene un enorme potencial para ser el pueblo estrella del país! Pero se necesita tanto de una mente creativa dentro de esta municipalidad que lo gobierna, actividades como estas son tan panfletarias, mal hechas, mediocres, etc. Porque las personas que la organizan no tienen una visión clara de lo que buscan proyectar, no conocen de que va la naturaleza de estas, no entienden que todos estos eventos deben estar a la altura o a la talla de un nivel internacional partiendo de lo artesanal, puesto que es un pueblo turístico reconocido a nivel nacional e internacional».

De modo que invitamos al equipo organizador a hacer un esfuerzo más integrador y plural para que el tercer festival vaya más allá de un evento folclórico con pasarelas, estatuismo, música, ventas y gastronomía y le dé  el lugar que merece mostrando y demostrando que Suchitoto puede dar y aportar más en la promoción del oro azul y el reconocimiento de la labor artesanal en El Salvador.