(Desde Amsterdam) ¿Quién dice que este país no tiene futuro?
¿Quién dice que solo somos un país de llorones, por una parte, y violentos por la otra?
¿Quién dice que los jóvenes no tienen iniciativa?
Conozco una chica, nacida en familia pobre rural, que aparte de viajar todos los días de Suchitoto a San Salvador para estudiar ya montó su propio negocio, fabricando y vendiendo carteras con diseños que podrían competir en Milano, Barcelona o New York. Acaba a ganar en su universidad un concurso de emprendedurismo. El cheque lo va a invertir en una maquina profesional de coser…
Conocí a una chava que regresó de Francia, donde se graduó en derecho y sociología. Le ofrecieron trabajo en Europa, pero decidió regresar a su país, para montar una ONG que trabaja con niños de la calle, les da acceso a comida, educación y techo…
Vi crecer en Suchitoto a un bichito que enseñó a mi hijo el arte de vender tamales. Se dedicaba a esto para apoyar a su mamá y sus hermanos menores. Luego de salir del bachillerato, en vez de ir a la U, se consiguió un chance en una productora de video, jalando cables, cargando bultos, armando luces. Hoy es camarógrafo y editor, responsable de muchas tomas que todos los días vemos en la campaña. No me gusta esta campaña, pero me encanta que el bicho reconstruyó la casa de su mamá y le paga a su hermano los estudios para convertirse en cocinero profesional…
Conozco, también en Suchitoto, a un joven que, a pesar de que se dedica a la agricultura, que sostiene a su familia, se considera actor profesional. Saca orgullo y autoestima de ambas capacidades: la agricultura y el teatro… No se parece al bicho que conocí hace 10 años, cuando entró en el primer taller de teatro. Y es un actor excelente. Pero se queda en su pueblo para formar otros.
Hace pocos días conocí a un músico quien, luego de terminar sus estudios de guitarra en Cuba, en vez de aceptar ofertas para tocar en orquestas, regresó a El Salvador y se dedica a formar maestros de música para que ellos formen a jóvenes talentos en comunidades marginadas.
En unos días voy a ir a celebrar los 80 años de una señora que armó en Suchitoto una institución que se dedica a apoyar a cientos de jóvenes que quieren abrirse caminos como los que los arriba mencionados ya están recorriendo.
Repito:
¿Quién dice que este país no tiene futuro?
¿Quién dice que solo somos un país de llorones, por una parte, y violentos por la otra?
¿Quién dice que los jóvenes no tienen iniciativa?
Las potencialidades son infinitas. Solo hay que descubrirlas, quitarles los obstáculos, y crear condiciones para que se desarrollen. Esto espero yo del próximo gobierno.
Saludos,