En marzo del presente año conversamos con Diego González, quien durante sies meses (Enero a Julio, 2018) fungió como administrador y coordinador general de la Casa de los Recuerdos Alejandro Cotto. Hoy al finalizar su corta gestión volvemos a conversar con él para conocer su experiencia, valoraciones y comentarios sobre la labor y el rumbo de este espacio cultural que alberga el legado patrimonial dejado por don Alejandro Cotto a Suchitoto.
Como mencionamos en el artículo: La Casa de Alejandro Cotto y su legado en el 2018 el Centro Cultural Salvadoreño Americano CCSA es el propietario del inmueble de la Casa y se convirtió en el custodio legal de la colección que es legado patrimonial de Suchitoto. Como una entidad cultural que alberga y custodia un patrimonio importante para Suchitoto, nos interesa conocer como avanza este proyecto. Las declaraciones francas y abiertas de Diego González, nos revelan una institución en ciernes, concentrada en cuidar los jardines pero sin definir con claridad los procesos para alcanzar su visión y misión en Suchitoto.
Casa de los Recuerdos Alejandro Cotto: «un barco a la deriva sin instrumentos y poca tripulación»
Todos conocen la Casa de los Recuerdos de don Alejandro Cotto, pero muy pocos conocen quien es Diego Fernando González Argumedo, ¿puedes contarnos un poco de tu formación y experiencia laboral?
Soy licenciado en arqueología por parte de la Universidad Tecnológica de El Salvador con estudios de posgrado en gestión cultural por parte de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas y actualmente maestrante de la maestría en museología del Instituto Iberoamericano de Museología. He trabajado como técnico en arqueología en la desaparecida CONCULTURA así como también docente a nivel de colegio y universitario, también he realizado investigaciones arqueológicas a nivel nacional e internacional así como asesorías en el área de patrimonio cultural a museos, obras cinematográficas, radiales y teatrales.
¿Cuáles eran tus expectativas al venir a trabajar al Municipio de Suchitoto?
Tenía muchas expectativas de trabajar en un municipio que se destaca por su acervo cultural (presente y pasado) y poder contribuir con un espacio de cohesión social a través de la cultura así como también poder ser un lugar de encuentro entre los actores culturales locales, nacionales e internacionales. Desafortunadamente no se cumplieron, primero por el escaso tiempo de mi gestión y segundo por el poco o nulo apoyo del mecenazgo de la Casa de los Recuerdos rayando casi en la indiferencia y negligencia.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar durante seis meses en la Casa de los Recuerdos Alejandro Cotto?
Frustrante debido a que el 99% de mi tiempo lo consumían actividades de tipo meramente administrativos (recurso humano y monetario) dejando casi nada para hacer gestión cultural, difusión en medios, alianzas en el municipio y fuera de éste así como también hacer el plan museológico que vendría a ser el alma de una institución que alberga una colección de bienes culturales.
¿Podrías compartir algunos logros o avances realizados durante tu gestión al frente del CRAC?
Históricamente se tuvo ingresos superiores a años anteriores, se establecieron alianzas con tour operadores y universidades para tener visitas constantes al inmueble, se comenzó la difusión de contenidos a través de la página de Facebook.
¿Cuál dirías es uno de los más grandes retos de esta Institución cultural en Suchitoto?
Tener permanencia y relevancia en el tiempo. Me explico: como un ente cultural tiene que adaptarse y cambiar con el tiempo, de hecho la cultura es algo cambiante y es un crimen pensar que se puede “congelar” tal cual una fotografía. Pero para ello debe haber un objetivo claro y definido de que hacer asumiendo las responsabilidades que esto conlleva siguiendo los lineamientos nacionales e internacionales como la Ley Especial de Protección al Patrimonio, manuales y convenios de organismos como la UNESCO, el ICOM (Comité Internacional de Museos por sus siglas en inglés), entre otros.
Otro reto es mantener una autonomía en las decisiones ejecutivas. Debido a que mucha gente conoció a Alejandro Cotto y convivieron con el en su faceta de artista y gestor cultural, al visitar la casa tienden a argüir que se “debería hacer esto o aquello” quedandose en el mero comentario y no tomando acciones para ayudar al museo. “Hechos y no palabras”
¿Cuál es la situación actual -a tu salida- de los registros que se están realizando con la colección de la CRAC?
Se trabaja para su registro ante la Dirección de Bienes Culturales Muebles del Ministerio. Ahora bien, no quiero restarle la debida importancia a esta acción, que de hecho insto a todas las personas naturales y jurídicas y tienen en su posesión bienes culturales muebles a que los registren, pero considero que hay otras acciones de igual importancia que no se han tomado en cuenta como la adecuación de un espacio de depósito con todas las necesidades para el resguardo de la colección que no está exhibida. De poco sirve inventariar si el bien se verá deteriorado o destruido debido a la humedad, la insolación, las plagas, etc. Desconozco el motivo ya que desde el 2016, que el museo se abrió parcialmente al público, se viene solicitando al mecenazgo la implementación de dicho espacio.
¿Existe una planificación estratégica de hacia dónde se dirige la Casa de los Recuerdos Alejandro Cotto?
Lo desconozco pero me inclino más hacia un “no”. A unas cuantas fuentes en Suchitoto les escuché mencionar un “plan maestro” de la CRAC (Casa de los Recuerdos Alejandro Cotto) pero jamás tuve acceso a éste, si en verdad dicho documento existe. Haré esta metáfora: es un barco a la deriva sin instrumentos y poca tripulación a cargo de una empresa especializada en fabricar jabones (¿qué sabrá de barcos?), que espera que el capitán llegue a un puerto ¿a cual? no se sabe.
Durante este tiempo ¿Cuál es el principal interés del público al visitar la Casa?
De las 500 personas que apróximadamente visitan cada mes la CRAC , una buena cantidad de visitantes llegan a conocer la vida de Alejandro Cotto, una minoría llega por casualidad pensando que se trata de algún lugar de consumo (café o restaurante).
A tu salida y a partir de tu experiencia ¿qué sugerencias o recomendaciones dejarías a esta institución cultural?
Tener congruencia en el discurso, ya bien lo definían Hume y Kant con el “ser y deber ser” -lo que estoy haciendo y lo que debería estar haciendo- así como un trabajo basado en la ética profesional. Otra cuestión es dejar de lado el tradicionalismo y el caudillismo reconociendo el conocimiento experto ya que la gestión cultural dejó de ser algo meramente empírico o nominal: gustar de Bach no me hará músico ni haber visitado el Louvre me hará museólogo. Con leer a George Yúdice o Nestor García Canclini, por mencionar algunos, no me haré experto en cultura pero al menos tendré algunas nociones conceptuales así como en materia de museos hay mucho que se puede conocer ya que el ICOM tiene muchas publicaciones especializadas gratuitas pero hay que asumir que la conservación del patrimonio cultural es algo costoso y rara vez dejará réditos económicos, aunque si de otro tipo.
También se necesita difundir aun más el acervo cultural que se tiene, algo se transmite por la fanpage de Facebook pero se puede hacer mucho más en medios masivos de comunicación, como lo dije en su debido momento. Creo que lo más relevante es dejar atrás esa victimización referente a los costos económicos y pensar que un museo, para tener vida, debe tener áreas de investigación, conservación y restauración, curaduría, educación, mantenimiento, seguridad, etc. Creo que está muy claro lo que sucede cuando una institución se desentiende (por acción u omisión) de sus responsabilidades, solo veamos la reciente desgracia del Museo Nacional de Brasil en Río de Janeiro.
¿Existe un futuro para las entidades culturales como la CRAC en Suchitoto?
Si, pero se tiene que haber una seria y profunda intencionalidad de las entidades y sus actividades, de lo contrario sería mero activismo cultural y eso es lo que desafortunadamente se ha reforzado conceptualmente como “gestión cultural” desde lo oficial, lo privado y lo particular en El Salvador.
¿Dirías que les falta algo para cumplir sus visiones y misiones en la ciudad?
Si, falta mucho y es un trabajo duro y permanente. En primer lugar debe haber un “norte” hacia dónde se quiere llegar y esto se tiene que socializar constantemente evitando procesos impositivos (endógenos y exógenos). Algunos países tienen algo que denominan “intermediarios culturales” que, como lo indica su nombre, intermedian entre la sociedad civil y las entidades culturales para llegar a un acuerdo y que sea una situación de ganar-ganar; pero para que esto tenga provecho tiene que ser gente preparada académicamente y estar embebida de la intermediación cultural que lleva elementos de comunicación, docencia, inteligencia emocional y administración solo para mencionar algunos.
Es decir, las actividades a desarrollar vienen a mantener fuentes de trabajo y promover la economía local, a solidificar elementos identitarios, gastar un presupuesto asignado ¿o qué? Solo cuando se tiene definido el “para qué” se puede comenzar a trabajar un “cómo”. Obviamente también tiene que saberse quiénes serán los beneficiarios primarios, secundarios, terciarios de las actividades (el habitante o el visitante). También se necesita sitematizar, tener una línea base (medir el antes) y contrastar los resultados (medir el después) evaluando que tanto se están cumpliendo los objetivos trazados. Está demás decir que hay mucha ayuda de cooperantes internacionales y nacionales pero es necesario saber que se va a pedir, en que momento y si en verdad eso es lo que se necesita.
Creo que hay mucho trabajo por hacer pero se debe de desprender muchos preconceptos de cultura y turismo; se debe erradicar mucho el protagonismo ególatra, el caudillismo y dejar de vivir a la sombra de otros para comenzar a vivir el hoy y no de glorias pasadas ya que eso no es saludable, lo dice un arqueólogo y lo puede ratificar cualquier psicoanalista.
El Salvador es incipiente en materia de desarrollo territorial integral ya que muchas veces se hace una sobresimplificación de temas como educación, salud y violencia, ya no se diga de cultura (incluyendo el arte como una arista del fenómeno cultural). Se podría trabajar como un laboratorio experimental, desafortunadamente todavía se tiene una mentalidad pétrea y demasiado conservadora: “así se ha hecho, así lo aprendí, así lo enseñaré, así se hará siempre” lo que no permite implementar metodologías, productos o servicios novedosos y esto es una constante en varias áreas del desarrollo.
“La Casa de los Recuerdos Alejandro Cotto”, se ha constituido en el tiempo en un bien patrimonial de la ciudad, sobre todo por albergar el legado documental y de bimenes patrimoniales pertenecientes al cineasta, escritor y gestor cultural Alejandro Cotto. La Casa es uno de los hitos más conocidos de esta Ciudad. Cada espacio de la casa ha sido concebido con especial detalle y dedicación, un homenaje a la ciudad y su gente es la colección de objetos e imaginería y objetos religiosos de más 300 años de antigüedad, muebles de la época colonial, una imprenta, la colección de arte nacional e internacional, fotografías de principios de siglo con valor histórico, personajes, cartas documentos y manuscritos, audioteca, biblioteca, etc.