Todas y todos hemos visto y apreciamos las hermosas fotografías de Suchitoto, y en un rincón de nuestras casas guardamos una fotografía  especial como un tesoro. Y es que, podemos decir que las fotografías son dispositivos de la memoria, en ella se encuentran elementos de nuestra historia personal, familiar y experiencias cotidianas que un día vivimos en diversos lugares y momentos.

Las fotografías son referentes importantes para la construcción y recreación de la cultura y la memoria  en donde es posible observar rasgos que nos caracterizan e incluyen, recuerdos que han sido transmitidos a través de las generaciones, formas particulares de expresarnos con el cuerpo, de habitar los espacios, de transmitir momentos, sucesos, costumbres y valores.

La memoria, -siendo un complejo proceso cerebral- está llena de referentes y ella nos habilita para actuar en el mundo. La memoria es selectiva, es decir, lo que la memoria guarda es solo aquella porción del mundo que en un momento y lugar determinado resulta significativo para nosotros y la fotografía es su mejor representación.

Las fotografías a través del tiempo  ha contribuido a generar identidad personal y colectiva, pero el proceso ha sufrido modificaciones debido al desarrollo tecnológico actual.

Por ejemplo en muchos sectores de Suchitoto las posibilidades de la  fotografía estuvieron limitadas por la capacidad económica para tener una cámara o pagar un fotógrafo. Es así como las fotografías fueron exclusivas de un grupo selecto de personas.  La posibilidad de una  fotografía para la mayoría de personas en la ciudad se desarrolló a través de los estudios fotográficos, donde las familias se reunían para tomarse una foto y guardar aunque fuera un recuerdo, o tomarse la foto para las «cédulas de identificación», pero tambien se hizó común el trabajo de fotógrafos ambulantes o de eventos que cubrían bodas, fiestas rosas y eventos sociales.

Pero todo cambia y si algo ha cambiado en los últimos tiempos es la tecnología y el concepto de familia e intimidad, de los espacios públicos y privados… y por tanto el mismo proceso y acceso de una fotografía y el concepto de álbum familiar han cambiado.

Hace muchos años, cuando  alguien quería presentar a su familia sacaba una especie de libro lleno de fotografías (álbum familiar) y empezaba a contar historias de cada fotografía. Hoy ese artefacto ya no es necesariamente un álbum con hojas de papel ni está compuesto sólo con fotografías.  Los tiempos han cambiado, y hoy todos llevamos un dispositivo en nuestros bolsillos, una cámara en nuestros teléfonos y mostramos en ellos las imágenes, videos, mensajes o las guardamos en espacios virtuales, lo que va convirtiendo  a las fotos en papel y los álbumes familiares en  algo anticuado, reliquias condenadas quizá al olvido y desaparición.

Como se sabe la memoria histórica no es la memoria oficial que observamos en los libros de historia.  Pero la fotografía familiar tiene la virtud de representar historias mínimas que tuvieron lugar en nuestro municipio y por ende hoy se convierten en fragmentos de la memoria colectiva del municipio.

Estas imágenes que aún se mantienen en algunos hogares, quizá no recogen las fotos artísticas de Suchitoto, ni sus grandes personajes, ni sus mejores paisajes. Pero estas fotografías son representativas de las familias suchitotenses, por tanto cada una de ellas guarda un gran valor simbólico en nuestro ejercicio de memoria histórica colectiva, conviertiendose en fragmentos de un rompecabezas de la historia de la ciudad.

En estas fotografías encontramos importantes referentes culturales: los lugares de mayor significación, los ritos de transición más representativos para las familias de Suchitoto, los momentos, las costumbres, tradiciones o simplemente los personajes que en algún momento habitaron este territorio.

¿Por qué estas personas tomaron estas fotografías y para que las tomaron?  ¿Por qué elegimos recordar ciertos momentos de nuestra vida personal y familiar y olvidar otros? ¿Qué podemos hacer para preservarlos?

Si aún conserva viejas fotografías en su casa, le invitamos a repensar el valor e importancia de las fotos en papel y los álbumes familiares, preservándolos, compartiendo sus memorias de generación en generación, porque al compartir con otros lo que nos sucede, mantenemos y reforzamos los vínculos sociales con los otros, con el grupo, con la comunidad.

¿Qué es un Álbum familiar?

Cuando nos muestran un álbum familiar, nos permiten entrar en mundos íntimos, ver la cotidianidad de los hogares, de los años y sus vidas. Dándonos la oportunidad de hilvanar diferentes narrativas familiares con motivos comunes  e identitarios. Descubriendo como estos bellos registros familiares cada vez van desapareciendo y siendo sustituidos por archivos digitales, desprovistos de la magia del papel y el paso de los años.

Vivimos en una nueva era digital, y esto ha cambiado radicalmente el valor y estatus de la imagen fotográfica entendida como objeto y repositorio de un pasado por una nueva concepción de la imagen como medio virtual.

El álbum familiar se construye a partir de fotografías, notas, fechas, y en algunas ocasiones otros objetos, con el fin de registrar toda una historia de vida familiar. Se hace para que sean vistos en el futuro, y en su elaboración interviene el tiempo, es decir, que se van construyendo poco a poco, con el pasar de los años, y las generaciones.

Son pequeños trozos de la memoria y la historia, que al juntarlos nos pueden narrar un tiempo colectivo,  Podrían considerarse como un libro abierto que se renueva cada vez que alguien lo abre y lo narra, recogiendo ricas lecturas del tiempo.

Es una forma de detener el tiempo y la vida, ese  instante mágico que puede estar lleno de alegría, soledad y tristeza, reforzando los lazos generaciones de una familia. Se convierten de esta forma en una lucha contra la muerte y el olvido, es herencia y memoria. Son imágenes que viven para ser escuchadas entre generaciones.

La memoria es selectiva, es decir, lo que la memoria guarda es solo aquella porción del mundo que en un momento y lugar determinado resulta significativo para nosotros y la fotografía es su mejor representación»

md/

Fotografías Lucia Cañas. Elton Beltrán