«Ser joven» un acto de resistencia en Suchitoto. 

Cada vez que escribimos sobre Suchitoto y hablamos sobre su gente, dando nombres a las y los sin nombres y evidenciando sus gestas grandes o pequeñas, nobles o paganas,  y provocamos un diálogo, un recuerdo, que se convierte en un acto de fe o negación. Cada vez que alzamos nuestra voz creamos resistencia en una ciudad de silencios y olvidos.

¿Resistencia?, ¿a qué resistimos? Resistimos a la indiferencia, a la apatía, al silencio, a la desidia, al prejuicio,  al no puedo, a la inercia, la manipulación, al tú no sabes, a la juventud está perdida, al olvido. Con nuestras palabras elocuentes o no, precisas o imprecisas, torpes o atrevidas, alzamos cada mañana nuestras voces y decimos “a las juventudes, no nos detendrán.”

Todos los prejuicios de quienes han dicho que las jóvenes y los jóvenes no podemos o no sabemos lo que queremos. Hoy les repetimos que somos muchas y muchos y estamos despertando al hacer uso de la palabra para exigir nuestros espacios, nuestros lugares y nuestros derechos en una ciudad que nos nombra pero no nos reconoce como sujetos de derechos y liderazgos.  Resistimos con esperanza y estoicismo ante las vulnerabilidades de las realidades heredadas en forma de violencia, crimen, prejuicio, indiferencia y odio.

Cada vez que participamos de una asamblea, de un cabildo, de un encuentro, de una marcha, de un festival, de una reunión grande o pequeña para discutir asuntos de la vida pública de nuestra comunidad, decimos presente aquí estamos, para exigir nuestros derechos y construir colectividad y asumiendo los retos al hacer valer nuestras voces.

Cada vez que vamos a trabajar en la ciudad o el campo para luego ir a la escuela, al instituto o la universidad, resistimos y le decimos al mundo de los adultos que muy a su pesar de las pocas oportunidades que nos ofrecen nosotras y nosotros podemos.

Escribimos y hablamos reconociendo las gestas de nuestros antepasados, de sus vidas, de sus experiencias, para forjar identidad y respeto por los actos positivos que nos legan. Pero también somos capaces de ver y reconocer los errores y vacíos.  Exigimos nos tomen en serio en el relevo generacional de los liderazgos críticos y caducos donde nuestras voces e ideas pueden aportar y construir en colectividad.

Tal vez no nos damos cuenta, pero cada vez que nos conectamos con la tecnología abrimos un mundo de posibilidades, donde no solo se trata de textear, chatear y perder el tiempo, sino de conectar mundos, de construir realidades fundamentadas en la conectividad y colectividad. Nos gusta la música a alto volúmen, disfrutamos del baile, reímos, jugamos, cantamos, pero también pensamos, «pensamos» no lo olviden ni se confundan, ni pretendan manipularnos con dulces, confetis y piñatas.

Vamos tan solo un paso atrás de ustedes en algunas cosas y dos pasos adelante en otras y no, nos es soberbia. Somos fuerza y energía contenida, aquí radica nuestro poder en la unión de nuestro entusiasmo presto a la lucha por ideales tontos, necios o supremos. Resistimos.

Cada vez que te unes a una marcha o un encuentro para hacer oír tu voz, resistes. Cada vez que participas y alzas tu mano para votar en tu comunidad, resistes. Cada vez que te subes a un escenario a bailar, actuar, cantar o rapear,  resistes. Cada vez que tomas la palabra para opinar, resistes. Cada vez que abres un libro y lees, resistes. Cada vez que tomas un pincel y coloreas un sueño, resistes. Cada vez que tomas un arpa, una guitarra o un instrumento musical, resistes.  Cada vez que sales a la cancha a jugar, resistes. Cada vez que le dices no a las drogas y la violencia, resistes. Cada vez que ayudas a alguien, resistes.

Porque resistir es un acto de fe, en tiempos donde todos nos señalan y oyen, pero nadie quiere escuchar nuestras voces. Por eso cada vez que escribimos y ordenamos nuestras ideas en un poema o un texto resistimos,  dejando la impronta de nuestro pensamiento para aportar al cambio.

Por eso desde La Gaceta Suchitoto te recordamos: no calles, no te frenes, no desistas, no cedas, no te niegues, persiste: resiste, arriesgate, usa tu voz, tu voz tiene poder y es el más grande instrumento de resistencia  en un Suchitoto de silencios postergados que pretenden ignorar tu capacidad de pensar, decir o decidir.

No te dejes envolver en la espiral de la violencia, las drogas o el mundo de lo fácil. No permitas la manipulación de tus ideales y sueños, no permitas que nos separen en estos/as y aquellos/as, la juventud de Suchitoto somos todas y todos, sin importar la comunidad, el equipo de fútbol o color de camisas.

Marquemos la diferencia, disfrutemos de la juventud con responsabilidad. Tenemos en nuestras manos el poder de transformar el mundo. No estamos perdidas ni perdidos, quizá dispersos pero nunca perdidos. Unámonos y juntemos esfuerzos por cambiar y romper los estereotipos impuestos por un sistema que nos quiere silenciar, estigmatizar y manipular,  para no pensar.

Apaga la TV, desconéctate un rato del mundo virtual. Salí a tu patio, al parque a la cancha, reúnete con tus amigos y amigas, dialoguemos juntemonos y construyamos redes de colectividad. Juntemos capacidades y habilidades y démonos cuenta de nuestro enorme poder al estar unidas y unidos. Leamos más. Pero sobre todo hagamos valer nuestras voces de juventud.  Nunca lo olvides, tu voz tiene poder, úsala para construir y edificar un mundo más justo, equitativo y humano.

/md

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3 comentarios en “«Ser joven» un acto de resistencia en Suchitoto. ”

  1. Entiendo que el escrito trate de suscitar el entusiasmo dentro de la juventud del municipio, sin embargo, hace falta más que unas palabras de aliento para poder emprender de forma concreta una praxis progresiva hacia los intereses de un mejor Suchitoto.
    La convicción es buena en cierta medida, pero cuando es una convicción sin criterio y dirección puede convertirse en populismo (claro ejemplo de ello el gobierno actual).
    Lo que se necesita es hacer un análisis histórico y político, que señale cuales son las causas de este tipo de estancamiento social, por una parte debe de dejarse claro que es debido al modo de producción actual al que se deben este tipo de condiciones adversas, es decir, señalar sin miedo que la coyuntura es propia de una sociedad del capitalismo tardío. Se necesita entonces hacer un estudio de cómo esta causa provoca un gran número de efectos en nuestra sociedad, desde la apatía por aspectos culturales y artísticos, hasta la segregación que se ve reflajada en la dicotomía urbano-rural. Ambos grupos se observan cómo los eternos invisibilizados en los procesos de toma de decisión. Cabe destacar, que es en lo urbano donde las influencias de una cultura capitalista ha tenido más impacto, no solo porque la mayoría se presente en simpatía con la derecha, sino también que se presentan como ya se ha dicho, apáticos a los procesos culturales de la ciudad. Ante esto, queda como nuestra tarea tratar de comprender los distintos fenómenos que no permiten una comunión integral, pues a partir de la obtención de la teoría es que podemos aspirar a una praxis consecuente. Cabe destacar, que este análisis sobre las causas en modo alguno debe de ir empañado por los juicios presipitados que muchas veces se presenta en los progresistas. Para la compresión óptima es preciso entender incluso los prejuicios y costumbres que resultan chocantes en muchas ocasiones, todo bajo el objetivo de un comprensión objetivo de nuestra realidad.
    Para finalizar, se debe de ampliar las áreas con las que se pretenden activar o buscar esta una integración de la juventud. Se sabe de los numerosos proyectos artísticos del municipio, pero a la vez se ve como la intelectualidad concreta y el rubro científico han quedado opacados ante esto. Por lo cual proyectos diversificados e integrales son de nuestro menester precisamente para la generación de entes críticos.

  2. Una gran verdad incluso algunos somos excluidos y excluidas de participar en muchas cosas pero siempre trataremos de que no se nos detenga y nosotrxs transformaremos empezando por nuestro municipio y enseñando que sí se puede también transformar a la realidad que nadie le tiene fe en El Salvador, me alegro mucho que La Gaceta haga oír nuestra voz, Felicitaciones a quien escribió la nota!!

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