Demasiado amplio es el tema de la conservación y la gestión cultural; entre teorías, términos, criterios, principios y otras hierbas, tenemos material para presentar y discutir por meses, así que mejor llevarlo despacio sumergiéndonos en el tema de a poco, con ejemplos y los “dibujitos” que sean necesarios.
La palabra clave de hoy es “REVITALIZACIÓN”. El diccionario de la RAE, define el término como “Acción y efecto de revitalizar. Dar más fuerza y vitalidad a algo”, traído a los aspectos de urbanismo, tendríamos que decir, que “Revitalizar la Ciudad” es: “Darle fuerza y vitalidad a la ciudad”.
Volviendo al tema de conservación y gestión cultural, debemos apuntar que un aspecto básico de, visto siempre en términos de urbanismo, es lograr que los edificios/espacios con valor cultural se conviertan en espacios funcionales, es decir, que puedan ser usados de manera cotidiana por el público, ya que, lo que realmente dota de “vitalidad” a los espacios son: las personas. Los edificios y aún una ciudad por sí misma (por más hermosos que se consideren), no dejan de ser espacios vacíos y grises, hasta que la actividad humana los llena.
Ahora, juntemos los términos: “Revitalizar la Ciudad” y “Gestión Cultural”, ¿hacia dónde nos lleva?, pues nada más y nada menos, que al rescate o adecuación de edificios/espacios, con el objetivo de que se vuelvan funcionales para la población.
¿Se entendería mejor toda esta maraña de términos y definiciones con un ejemplo práctico? De acuerdo, pues vamos a intentarlo.
CENTRO CULTURAL Y DE CONVIVENCIA CIUDADANA.
Este Centro, es un proyecto gestionado por la municipalidad a través de la Unidad Técnica Plan Maestro, quienes apoyados financiera y técnicamente por la Junta de Andalucía (España), van convertir el edificio conocido “Ex – rastro”, ubicado al oriente del Barrio Santa Lucía, en un punto de encuentro, un espacio administrado por el gobierno local, donde tanto los suchitotenses como los visitantes, instituciones, y la municipalidad misma, puedan realizar eventos, convenciones, talleres, exposiciones, festivales, etc.
La esencia del proyecto, es que la infraestructura se convierta tanto en un albergue digno de las actividades sociales cotidianas, como propiciar su uso en eventos poco comunes. Digámoslo así: Un paso más allá de la clásica “casa comunal”.
Constará de un salón de usos múltiples, salas para reuniones, una batería de baños y la correspondiente área administrativa. Por ahora se encuentra en la fase de Formulación de Carpeta técnica, estando ya a un par de pasos de la ejecución del proyecto, la cual se prevé para finales del 2017.
El centro tiene la ambición de ser ese lugar donde la comunidad se reúna a celebrar una boda, o donde el comité de Barrio haga sus reuniones ordinarias, pero también, de atraer sucesos, que por ahora quizá se consideren fuera de contexto: un concierto, una presentación de teatro, una clase de yoga, un taller para emprendedores, e ir consiguiendo que esto “extraordinario” se mezcle en el quehacer diario.
En consecuencia, se amplía y se diversifica la dinámica social, se añaden nuevas energías y se refrescan las que ya están: SE REVITALIZA.
REIVINDICACIÓN DEL BARRIO SANTA LUCÍA.
Un plus, que poco se transparenta, es el hecho de que este espacio se ubica en el Barrio Santa Lucía, barrio que históricamente ha sido el más degradado socialmente, “el barrio de los indios”, según Hugo de Burgos[1]; el único de los seis barrios de la ciudad que no cuenta con un espacio urbano que le identifique y que promueva la convivencia ciudadana: La cancha del barrio La Cruz; el parque infantil en el Calvario; el parque San Martín en San José; la plaza en el Centro; y la plazuela del Amate en Concepción.
De tal suerte, es así que el proyecto reivindicará y reconocerá a los pobladores de este barrio, su importancia dentro de la vida de la ciudad.
Xenia Rodas: arquitecta y técnico en ingeniería civil, con especialización en temas de conservación del patrimonio cultural edificado, antigua funcionaria municipal de la Alcaldía de Suchitoto.
[1] De Burgos, Hugo. 1999. “Suchitoto: Ciudad y Memoria” San Salvador, 1° edición. Dirección Nacional de Publicaciones e Impresos